7 Límites sanos para mejorar la relación con tus pacientes
Muy pocas veces, en la formación de un terapeuta (por muy práctica que sea), se le da la importancia que merece al tema de los límites entre terapeuta y paciente.
Los límites sirven para enmarcar la relación terapéutica, y para conseguir que sea una relación sana necesita, como todas las relaciones, de límites claros y coherentes aceptados por ambas partes.
Para mí, la capacidad de establecer límites sanos en la relación terapéutica es lo que marca la diferencia entre un buen terapeuta y un terapeuta excelente.

¿Por qué son tan importantes los límites en la terapia?
A menudo, en un proceso de terapia o de acompañamiento emocional, nos vamos a encontrar con personas que tienen dificultades para establecer relaciones sanas, tanto con otras personas, como consigo mismas.
Es común que nos encontremos con clientes que desconfían, evitan, o viven con ansiedad las relaciones, donde se reproducen patrones tóxicos, de manipulación, conflicto, sumisión, etc.
Como terapeutas, tenemos la posibilidad y la enorme responsabilidad de ser un vínculo seguro para nuestros clientes. Quizás, para muchos, seamos la primera persona en toda su vida con la que pueden vincularse de forma segura.
Por tanto, como terapeuta, tienes la oportunidad de 'modelar' (hacer de modelo de conducta) comportamientos sanos, para que tus clientes aprendan lo siguiente:
Que es posible relacionarse con otras personas de forma sana.
Que es posible relacionarse con uno mismo de forma sana.
Nuevas habilidades y conductas sanas (como por ej. poner límites, detectar las propias necesidades, expresar peticiones de forma asertiva, decir no, preguntar antes de adivinar o pre-juzgar, y un larguísimo etc.)
Y la mejor forma de transmitir todo esto es predicando con el ejemplo, es decir, siendo tú mismo quien establece ciertos límites en la relación terapeuta-cliente y los expresa de forma clara para evitar malentendidos o situaciones incómodas en el futuro.
Establecer límites sanos con tus clientes es la mejor forma de cuidar la relación terapéutica. Es un símbolo de aprecio y respeto por tus clientes, además de una oportunidad para generar un vínculo sano.
Dicho esto, comparto contigo los principales límites que considero, debería respetar cualquier terapeuta serio, profesional y respetuoso. Vamos allá.

Límites sanos terapeuta-paciente
1. PUNTUALIDAD
Un básico, por eso de que 'el tiempo es oro'. Llegar puntual a tus citas es una forma de mostrar respeto por el tiempo de tus clientes. Transmite seriedad, confianza y compromiso hacia ellos. Y lo mismo debería aplicarse viceversa.
¿Qué pasa si mi cliente nunca llega puntual? Bajo mi punto de vista, es algo que no debería ignorarse. De hecho, me ha ocurrido alguna vez en consulta y siempre lo que puesto encima de la mesa. ¿Cómo? Con tacto y amabilidad.
TIP: Puedes hacerle saber a tu cliente que has notado que suele llegar más tarde de la hora acordada y preguntarle si puedes hacer alguna cosa para facilitar que los encuentros se den dentro del horario acordado. Quizás necesite cambiar la hora de las citas, o descubras que llega tarde porque no tiene la opción de llegar a la hora justa (en ese caso, si está bien para ambos, perfecto, pero es algo que debe hablarse y acordarse).
También puede ser que al sacar el tema descubráis que puede haber cierto miedo o rechazo al proceso de terapia, por eso lo 'boicotea' o lo 'evita', o creencias inconscientes que podrían trabajarse en la terapia.
2. DURACIÓN DE LAS SESIONES
Si lo que quieres es ser un modelo sano para tus clientes, antes de comenzar el proceso terapéutico, deberías dejar clara la duración de las sesiones y ser tú el primero/a en respetarlo y hacer que se cumpla lo acordado.
¿Qué crees que le transmites a tu cliente si de forma habitual alargas tus sesiones? Yo tengo claro que un terapeuta que no respeta la duración de sus propias sesiones, no me parece profesional porque me muestra que:
No sabe ponerse límites a sí mismo, ya que no los respeta.
No sabe poner límites a su cliente cuando se alarga la sesión.
Necesita trabajar su papel de salvador/a o la necesidad de complacer a los demás por encima de sus necesidades.
No tiene una buena relación con el dinero, ya que sistemáticamente está ofreciendo minutos de terapia gratuita.
Quizás no se valora suficiente como terapeuta.
Necesita trabajar su mentalidad, ya que quizás puede tener la creencia de que si no da de más, perderá clientes.
No sabe estructurar sus sesiones para cumplir con el horario
No respeta el tiempo de los clientes que tiene agendados después ya que les hace esperar.
Si pensabas que por alargar tus sesiones estabas mostrando más empatía o generosidad, te invito a que revises este punto y observes desde qué lugar estás ofreciendo terapia y cómo puedes moverte hacia un lugar más sano.
TIP: Consulta el siguiente post para saber cómo estructurar una sesión para evitar que se alargue
3. PAGOS
Es importante dejar bien claro antes de comenzar la terapia cuál es el precio de las sesiones, así como las opciones y tiempos de pago. De hecho, yo soy partidaria de indicar claramente el precio en la web o plataforma donde te anuncies. Así, evitarás que aquellos clientes que no estén alineados con tus precios directamente no te consulten y no perdáis el tiempo ni tú ni ellos.
En un negocio basado en visitas concertadas, uno de los problemas que te puedes encontrar son las cancelaciones de última hora. Muchos profesionales cobran igualmente las sesiones si éstas han sido canceladas en menos de 24-48h de antelación.
Pero en la mayoría de los casos, los clientes pagan una vez finalizada la sesión. Por tanto, si cancelan a última hora, el profesional deberá reclamar el abono de la sesión si el cliente no lo efectúa directamente. Por no hablar de que entonces, esa cita suele perderse y quizás otra persona podría haberla aprovechado.
TIP: Para evitar esta situación, puedes establecer con tu cliente las condiciones que aseguren que se cumplirá el acuerdo pactado y que respetarán también las necesidades de otros clientes que podrían aprovechar esas horas canceladas. Una opción es solicitar los pagos de las sesiones por adelantado. Una vez se reserva la sesión, se realiza el pago. Finalizada la sesión, se hace el pago de la siguiente para reservar esa hora. Así, tú tendrás el control de los pagos, te evitarás reclamar a tu cliente, y en caso que cancele con antelación suficiente, le podrás hacer el reembolso.
4. VIDA PRIVADA
Este punto puede generar debate. En mi caso, considero que lo más seguro y sano para la relación terapéutica es no compartir información sensible de la vida privada. Evidentemente, eso no significa que no puedas compartir ciertos aspectos de tu vida con tus clientes si eso puede beneficiar de alguna forma al proceso, o surge de forma natural y espontánea en una conversación.
Sin embargo, no soy partidaria de compartir demasiado, porque los clientes, como todo el mundo, generan hipótesis o se crean expectativas en función de la información que tienen de ti. Algunos pueden manipular la información o usarla 'en tu contra' sin mala intención, entrar en comparaciones, etc. y eso puede embrutecer la relación.
La clave es mantener un equilibrio entre la cercanía y la neutralidad.
5. AMISTAD CON TUS CLIENTES O PACIENTES
Rotundamente, NO. Especialmente si haces acompañamiento emocional, debes entender que la relación con tus clientes o pacientes no es del todo horizontal, por muy cercana y de confianza que sea. Por mucho aprecio y cariño que haya.
Tú, como terapeuta, estás en una posición de 'poder' respecto a tu cliente: conoces información sensible sobre su vida, tienes información sobre su patrón de personalidad, sus miedos, situaciones íntimas que quizás no ha compartido con nadie más, sus traumas, etc.
En cambio, tu cliente no tiene esa información de ti. Por tanto, no existe el equilibrio necesario para desarrollar una relación de amistad.
Es tu obligación y responsabilidad como terapeuta, mantener el espacio terapéutico como un lugar seguro, y no utilizar de tu posición de poder para satisfacer intereses o deseos personales como el de hacer amigos, por muy bien que te caiga tu cliente o por mucho que pienses que tu caso es una excepción.
6. TERAPIA CON AMIGOS O CONOCIDOS
Como norma general, para esto y para la vida en general, te diría: mejor no mezclar. Hay bastantes probabilidades de que salga mal, raro o regular.
En una relación de amistad, los roles que desempeña cada persona ya están establecidos y si ya de por sí suele ser bastante complicado cambiarlos, imagínate cuando de repente una de las personas pasa a asumir el rol de terapeuta y la otra de cliente.
Una de las consecuencias más habituales es que la persona que asume el rol de cliente no se lo tome tan en serio como lo haría con otro profesional, y acabe abandonando la terapia. Si realmente buscara una opción profesional, directamente no hubiera acudido a ti (no porque tú no seas profesional, sino porque no eres el adecuado para su caso).
Por otro lado, no es recomendable mezclar el ámbito personal con el profesional, porque en terapia se abren temas delicados e íntimos, y si tu amiga es tu psicóloga, es más difícil de mantener el espacio personal y privado seguro. Imagina que discutes con esa amiga y resulta que en terapia le has contado cosas muy sensibles para ti, ¿Cómo te sentirías?
7. TELÉFONO PERSONAL
¿Deberías dar tu teléfono personal a tus clientes o pacientes? ¿O es preferible tener un teléfono exclusivamente profesional?
En este caso, te diría que observes cómo te sientes con cada opción y valores dónde está tu límite.
Personalmente, siempre he dado mi teléfono personal para que mis pacientes pudieran consultarme por whatsapp. Nunca he tenido problemas con ello, porque siempre he dejado claro que usamos el whatsapp para comunicarnos por escrito (no audios, no videollamadas, no compartir información no relacionada con terapia) para cambios de visita o cuestiones de última hora, para el resto (tareas, comprobantes de pago, etc.) mail.
Como siempre, la clave es comunicarse con claridad y acordarlo previamente para evitar problemas o situaciones incómodas.
¿Hechas en falta algún límite? ¿Los cumples todos? ¿Crees que podrías incorporar alguno a tu práctica profesional a partir de ahora?
Sea como sea, espero que te haya inspirado o servido este post.
Hasta la próxima :)
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Izaskun Viloria
Mentora de psicólogos y terapeutas
Psicóloga integrativa - ansiedad y EMDR